En el mundo de la refrigeración industrial donde la eficiencia y la fiabilidad son aspectos críticos, la elección del sistema adecuado puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de un proceso. Ante la amplia gama de opciones disponibles, desde torres de refrigeración convencionales hasta sistemas evaporativos avanzados, resulta imperativo contar con una comprensión clara y exhaustiva de los criterios que deben guiar esta decisión.
Cuando nos adentramos en la tarea de refrigerar un proceso industrial, nos enfrentamos a una serie de desafíos y consideraciones que van más allá de simplemente mantener las temperaturas bajo control. Es aquí donde entran en juego una serie de factores clave que influyen en la elección del sistema de refrigeración más adecuado para cada aplicación específica.
Criterios habituales para elegir la mejor refrigeración
- El coste de la inversión o CAPEX. El criterio económico es ciertamente importante pero no puede ser el único. El resto de ellos deben encajar. El guiarse exclusivamente por el condicionante económico sin prestar atención al resto no nos llevaría a la elección correcta.
- Los costes operativos OPEX que conllevará dicha inversión. Además de valorar el desembolso inicial y el retorno de la inversión es fundamental prever todo lo relacionado con su mantenimiento y tareas de reparación en el futuro y a lo largo de toda la vida útil.
- Por encima de todo, tendrá que estar demostrada y fuera de toda duda su viabilidad técnica.
Los criterios previamente mencionados son los más habituales pero dado que cada proceso tiene sus circunstancias particulares, en ocasiones hay que tener en cuenta otros factores igual de importantes:
- El espacio disponible para albergar el sistema de refrigeración es muchas veces el factor condicionante. Existen torres de distintos tamaños dependiendo del caudal a refrigerar y la potencia requerida. Sin embargo, si el espacio es limitado esta circunstancia pesará en la elección.
- La escasez de agua o un uso restrictivo de la misma también puede influenciar o decantar la elección del sistema de refrigeración a elegir. Es importante subrayar que en la refrigeración evaporativa más del 96% del agua empleada se reutiliza y vuelve al proceso. No es menos cierto que hay que hacer operaciones de purga y de aporte para compensar el agua evaporada.
- El ruido y su percepción ha ido evolucionando a lo largo de los años en el contexto de la industria. Cada vez hay una menor tolerancia al mismo y una mayor sensibilidad a su impacto. Esta sensibilidad o determinadas normativas o legislaciones pueden requerir una reducción en ese nivel de ruido pudiendo llegar a convertirse en el criterio predominante condicionando el resto y la elección final.
- La legionela. Los escasos pero desafortunados casos de legionela relacionados con torres han generado una falsa percepción del riesgo de esta bacteria que por otro lado prospera en cualquier medio acuoso en el que se den pequeñas gotas y estas se puedan inhalar. La normativa sobre legionela es una legislación estricta cuyo cumplimiento asegura su erradicación. Sin embargo, hay quien prefiere eliminar el riesgo de legionela primando la opción de refrigeración adiabática.
En el complejo panorama de la refrigeración industrial, es importante reconocer que la elección del sistema adecuado puede ser tanto un ejercicio de evaluación meticulosa como de adaptación a las circunstancias específicas. En algunos casos, nos encontraremos con la posibilidad de seleccionar entre varias opciones de torres de refrigeración, lo que nos da la oportunidad de buscar la solución que mejor se ajuste a nuestras necesidades y requisitos. Sin embargo, en otras ocasiones, las circunstancias existentes pueden limitar nuestras opciones, obligándonos a ajustarnos a las condiciones preestablecidas. En cualquier caso, desde Torraval Cooling comprendemos y consideramos cuidadosamente los criterios fundamentales, desde el coste de la inversión hasta la viabilidad técnica. Esto nos permite tomar decisiones acordes con las necesidades de cada cliente, impulsando la eficiencia, la rentabilidad y el éxito a largo plazo.